Pages

Tuesday, June 7, 2011

PADRES:….NUESTROS HIJOS

La filosofía de vivir como canal del universo se aplica a las relaciones entre padres e hijos tanto como a cualquier otra área de nuestras vidas. No es fácil transformar nuestros viejos y anejados conceptos acerca de la crianza de los hijos, pero vale el esfuerzo; los niños se iluminan, sus padres se sienten realizados y satisfechos y hay un acercamiento y un mayor deseo de compartir cosas entre si.


Una de las viejas ideas acerca de la crianza de los hijos se basa en que los padres eran totalmente responsables por el bienestar de sus hijos y por eso trataban de comportarse según un código de las reglas para ser “buenos padres”. Por todo esto, regla en mano manteníamos la premisa de “la letra con sangre entra” o “aquí se hace lo que yo ordeno”, sin ninguna mezcla de raciocinio y libertad.


A medida que aprendemos a confiar en nosotros y a ser nosotros mismos, quizá violemos muchas de las reglas que indican que un “buen padre” debe hacer. No obstante, la energía y la vitalidad que fluye dentro de nosotros, nuestra sensación de satisfacción y nuestra confianza en nosotros mismos y en el universo, ayudaran a nuestros hijos mas que cualquier cosa.


En cierto sentido, podemos decir que no tenemos que “criar” a nuestros hijos. El universo es su verdadero padre y nosotros solo el canal. Cuanto mas nos dejemos llevar por nuestra energía y hagamos lo mejor para nosotros, mayor será el caudal de energía que el universo transmitirá a través de nosotros hacia todos los que nos rodean. Así, a medida que nos vayamos sintiendo mas plenos, también lo serán nuestros hijos.


Los bebes recién nacidos son seres muy intuitivos y poderosos. Como apenas se incorporan al mundo físico, pasan los primeros anos de su vida aprendiendo a vivir en un cuerpo. Sus formas son mas jóvenes y menos experimentadas que las nuestras pero en lo espiritual tienen el mismo grado de desarrollo que nosotros. En realidad, creo que a menudo tenemos hijos mas desarrollados que nosotros en lo espiritual para poder aprender de ellos.


Nuestros hijos vienen al mundo con ideas claras. Saben quienes son y para que están aquí. Creo que en algún nivel de la conciencia padres e hijos hacen un pacto. Los padres se comprometen a ocuparse de la manutención de los hijos y a darles el apoyo necesario para desarrollar su forma (cuerpo, mente y personalidad) y aprender a desenvolverse en el mundo. Los hijos se comprometen a ayudar a los padres a tener un mayor contacto con su yo intuitivo. Como los niños no han perdido su conexión consciente con el universo, pueden ayudarnos a conectarnos con nuestro propio yo superior.


Nuestros hijos necesitan dos cosas de nosotros:

  1. Necesitan que los reconozcamos por ser quienes son. Si vemos y sabemos que son seres espirituales, complejos y llenos de energía y desde un principio nos relacionamos con ellos tratándolos como lo que son, no esconderán su poder ni se desconectaran de su espíritu como lo hemos hecho muchos de nosotros. Su ser interior recibirá el apoyo y el reconocimiento necesarios para que se mantengan firmes y con ideas claras.
  2. Necesitan que les demos el ejemplo de cómo llevar una vida efectiva en el mundo de la forma. Observan como vivimos y nos imitan. Como son muy receptivos y pragmáticos, imitan lo que realmente hacemos y no lo decimos.


A cambio de hacernos responsables de esas dos cosas, nuestros hijos nos dan un caudal de energía vibrante y vital. Los niños son canales de un gran poder y una gran claridad. Como todavía no han desarrollado  mucho su sentido de la censura racional, actúan casi completamente por intuición, con total espontaneidad y sinceridad. Con solo mirarlos, podemos aprender a dejarnos llevar por la energía y vivir en forma creativa.


Muchos padres no pudieron cumplir con sus responsabilidades como hubieran querido. En general los padres han estado muy confundidos en lo que respecta a sus roles y responsabilidades. No tuvieron pautas claras ni modelos que los guiaran. Hasta hace poco tiempo en la historia de la humanidad, no se realizaban investigaciones sobre las relaciones entre padres e hijos y aun hoy es difícil encontrar fuentes de información que nos ayuden aprender a ser padres. La gran mayoría de la gente aprende a criar sus hijos “por ensayo y error”. Por eso todos se han equivocado mucho.


Conozco muchos padres que se sienten tremendamente culpables y tristes por la forma como han criado a sus hijos. Resulta de gran ayuda saber que a medida que crecemos y evolucionamos, nuestra transformación los apoyara y les resultara muy positiva para su propio crecimiento.


Van a cambiar en la medida que cambiemos, incluso si son adultos y viven lejos de nosotros. Los hijos siguen siendo reflejo de sus padres cualquiera que sea la distancia física que exista entre ellos.


He observado que mucha gente actúa como si los hijos fueran en cierta medida seres indefensos, o como si  no pudieran confiar en ellos, y los padres tuvieran que controlarlos y convertirlos en seres responsables. Los niños, por supuesto, perciben esta actitud y la reflejan en su comportamiento. Si en cambio reconocemos que son seres responsables, llenos de energía y espiritualmente maduros, se comportaran como tales.


Los errores de los hijos, son los fracasos de los padres.


(Tomado del libro “Arriésgate a Triunfar del autor colombiano  Octavio Olano Arias) puede contactarlo en octavioolano@univision.com)

No comments:

Post a Comment